La capital del pulmón del mundo en Colombia está siendo atacada desde adentro. La selva urbana de Leticia agoniza. 

En las calles de Leticia, se están eliminando árboles y palmas de manera sistemática, lo que no solo representa una crisis ambiental local sino que es el reflejo de lo que ha venido ocurriendo en la región amazónica con la construcción de vías ilegales en la selva, deforestación para ganado, loteos, etc. La selva urbana en Leticia agoniza. 

¿De qué sirve hablar de protección de la selva si ni siquiera podemos conservar los árboles que nos rodean en la ciudad, en el mismísimo casco urbano?

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Leticia sin árboles es un horno de concreto

Los árboles urbanos no son simples adornos, cumplen funciones vitales. Según datos de la Organización de las Naciones Unidas, un árbol maduro puede absorber hasta 150 kg de CO₂ al año y reducir la temperatura ambiental entre 2°C y 8°C. 

En Leticia, donde el calor y la humedad son intensos, la sombra y el frescor que brindan estos árboles son esenciales para la calidad de vida de sus habitantes, pues aunque no hay estaciones, sí hay épocas en el año en las que las temperaturas pueden superar los 40°C de sensación térmica, y se hacen absolutamente necesarias las sombras que brindan los árboles. Es fundamental proteger la selva urbana.

Sin ellos, la ciudad se convierte en un horno de concreto, aumentando la sensación térmica y elevando los riesgos de enfermedades relacionadas con el calor extremo. Pero la devastación va más allá, y la pérdida de vegetación en las calles de Leticia también afecta el ciclo del agua, reduce la humedad ambiental y altera el equilibrio ecológico de una ciudad que debería ser un modelo de convivencia con la naturaleza y no su verdugo.

La tala y poda excesiva de la que hemos sido testigos, viene acompañada de una práctica perversa, y es el envenenamiento deliberado de árboles y palmas nativas para justificar su posterior tala, que agudiza la disminución de la selva urbana de Leticia. 

Esta estrategia, que busca evadir los controles ambientales mediante la creación de “emergencias”, revela la existencia de intereses oscuros que prefieren el cemento a la sombra natural. Cada ejemplar que perdemos es un golpe irreparable a nuestro ecosistema urbano.

La paz con la naturaleza y la complicidad institucional

La inacción de Corpoamazonia y la Alcaldía de Leticia frente a esta problemática resulta descarada. Las autoridades parecen haber olvidado sus obligaciones. 

Mientras el Gobierno nacional de Gustavo Petro proclama en foros internacionales su compromiso con la preservación amazónica y promete una “Paz con la Naturaleza”, en Leticia los árboles caen uno tras otro sin que nadie asuma responsabilidades. La tala de árboles y la indiferencia de las autoridades ambientales demuestran que la “Paz con la Naturaleza” es, por ahora, una promesa incumplida en esta región amazónica.

Corpoamazonia, carabineros, la inspección de policía y entidades encargadas de velar por la protección ambiental en la región cuentan con herramientas legales para sancionar actos relacionados con daños ambientales, como la Ley 1333 de 2009, que establece el procedimiento sancionatorio ambiental. Sin embargo, no han mostrado resultados concretos.

Por su parte, la Alcaldía de Leticia, responsable del manejo del espacio público, tampoco ha tomado medidas efectivas para proteger la arborización urbana. Esta indiferencia institucional no solo pone en riesgo el medio ambiente, sino que también socava la confianza de la ciudadanía en sus gobernantes. 

No sobra mencionar que Leticia necesita por lo menos dos inspectores de policía adicionales para atender todos los casos de forma adecuada y aplicar multas cuando se haga necesario, en lo urbano, lo ambiental, lo familiar, etc.

Conservación en acción para salvar la selva urbana de Leticia

Es momento de que tomemos mayor conciencia de la importancia de nuestro patrimonio natural. La pérdida de nuestra cobertura arbórea urbana no es solo un problema estético o ambiental, es un atentado contra nuestra calidad de vida. Vale la pena recordar que el año pasado vivimos la peor sequía de las últimas décadas, lo que debe ser un llamado para pasar de la indignación a la acción, de las promesas al compromiso real. 

Hay que defender el verde de Leticia antes de que sea demasiado tarde. La verdadera paz con la naturaleza comienza en casa, en nuestras calles, en que los gobiernos apoyen con presupuestos significativos los programas de conservación y recuperación de ecosistemas. 

¿Hasta cuándo permitiremos que el silencio cómplice de las autoridades siga matando nuestra selva urbana? ¿No existen acaso concejales y diputados a los que les interese la conservación ambiental en nuestro territorio?

Es momento de actuar. La ciudadanía de Leticia debe exigir acciones concretas para salvar la selva urbana en el municipio.

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