Así es el granizo, terror de los agricultores
La temporada de lluvias arrecia cada día con más fuerza. Las altas precipitaciones hacen que se afecten los cultivos, vías y viviendas. No solo es en Colombia; el fenómeno de la Niña se presenta por tercer ciclo consecutivo, una situación nunca antes vista en este siglo que es atribuida, en parte, al cambio climático.
Qué es el fenómeno de la Niña y el Niño
Los fenómenos de la Niña y del Niño son las dos fases opuestas de un mismo patrón meteorológico, denominado El Niño Oscilación del Sur (ENOS). Se caracteriza por una anomalía de la temperatura superficial del océano Pacífico Ecuatorial que afecta el clima alrededor del planeta, según la Organización Meteorológica Mundial (OMM) (Puede consultar más sobre el tema en este enlace).
Los fenómenos de la Niña y del Niño no necesariamente se intercalan entre sí. Actualmente, estamos viviendo un tercer periodo consecutivo de la Niña, lo cual no se había presentado en lo corrido de este siglo.
El fenómeno de la Niña afecta a los países y continentes de manera diferente. En Europa no es tan severo, mientras que en el Cuerno de África, Argentina, Uruguay y el sur de Brasil intensifica las sequías; todo lo contrario ocurre en Colombia, Australia, Panamá, Ecuador y el sudeste asiático, donde se intensifican las lluvias. Por su parte, en países como China, India, Japón y Canadá la Niña hace que las temperaturas sean más bajas, informan desde la OMM.
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Cómo se comporta la Niña en Colombia
Las principales características del fenómeno de la Niña en el país son el aumento de las lluvias y la disminución de las temperaturas en las regiones Andinas, Caribe y Pacífica, según el Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (IDEAM).
Las zonas del piedemonte llanero se ven afectadas en menor medida, mientras que la Orinoquía y la Amazonía tienden a presentar comportamientos cercanos a los normales.
Al haber más precipitaciones y menos temperaturas, se pueden presentar más granizadas, como las que están ocurriendo en Bogotá y en la Sabana.
Recientemente, la campesina Soledad Mora, residente de Cota, Cundinamarca, lamentó que una granizada dejó los cultivos “como si fueran un salpicón de hojas; todo se dañó”. En efecto, el granizo puede destruir los cultivos, bien sea porque destruye las hojas, como en el caso de las hortalizas, porque tumba los frutos, como en el del café, o porque daña las flores, lo que no solo afecta a la floricultura sino también a los frutales.
Qué es y cómo se forma el granizo
Según la Real Academia de la Lengua (RAE), el granizo es “agua congelada que desciende de forma violenta de las nubes, en granos más o menos duros y gruesos”, es decir, es la precipitación de cristales de hielo.
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De acuerdo con la Organización Meteorológica Mundial (OMM), el granizo por lo general se forma en las nubes llamadas cumulonimbos, a más de 3.000 metros de altura. Estas son alimentadas por corrientes de aire caliente ascendentes, como en los días de octubre y noviembre que amanecen despejados, y corrientes frías descendentes que propician la precipitación. El granizo se desprende de la nube cuando se torna muy pesado para que la corriente ascendente lo mantenga en el aire y, a mayor altura, cae con más fuerza.
Por lo general, las granizadas ocurren en horas de la tarde, nunca por la noche y muy pocas veces en las mañanas, ya que necesitan el calor diurno y aire muy frío para suceder.
Granizadas mortales
Aunque en Colombia es común ver a los niños y adolescentes arrojándose granizo y haciendo muñecos similares a los de nieve, hay ocasiones en las que se puede tornar mortal. En 1888, se registró una granizada que dejó 250 muertos en la región de Moradabad, India, mientras que en Bangladesh granizos de hasta 1 kilogramo de peso dejaron 92 víctimas en 1956.
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