Petro, Ecopetrol y transición energética
Andrés Pachón
Abogado investigador, magíster en Derecho Público con experiencia en litigio estratégico. Medio ambiente, derechos y desarrollo. Twitter: @AndresPachonTor
¿Ecopetrol debe asumir la carga de la transición energética en el país?
La transición energética es necesaria. Debe ser planificada, basada en estudios técnicos, teniendo en cuenta los aportes reales de cada país al calentamiento global y, sobre todo, la realidad socioeconómica de cada nación, pues mejorar la matriz energética no será sostenible si se hace aumentando el hambre y la pobreza.
Contrariando los criterios que deben orientar una transición energética seria y organizada, la propuesta de Petro es un reflejo de su gobierno: improvisada, repleta de vacíos técnicos que intentan rellenarse a punta de discursos, basada en falacias y en perjuicio de la economía del país.
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Falso ambientalismo y dependencia energética
El mundo entero, incluida Colombia, continúa demandando en forma creciente los combustibles fósiles. Se prevé que dicha tendencia se mantenga hasta el 2035, salvo Estados Unidos, que iría hasta el 2050. Siguen siendo tan importantes, que si el país no está en medio de un apagón, es gracias al carbón y al gas, los combustibles que mantienen encendidas las termoeléctricas.
La política de no celebrar nuevos contratos de exploración y explotación de petróleo y gas no surtirá entonces ningún efecto en materia ambiental, pues Colombia seguirá consumiendo el mismo combustible, solo que, al no producirlo, se verá forzado a importarlo a mucho mayor precio.
La estrategia petrista no solo pone en riesgo el abastecimiento y la seguridad energética de Colombia, sino que renuncia a la soberanía energética, un objetivo estratégico de cualquier país que aspire de verdad a desarrollarse.
¿Será deseable para un país terminar sometido energéticamente a Estados Unidos o Venezuela? ¿Será posible que Colombia se industrialice y salga de la pobreza si depende de traer combustible de afuera, a pesar de ser un país productor?
Con estas medidas, Petro intenta presentarse como un héroe mundial, pero al final termina ocultando a los verdaderos responsables de la crisis climática y exculpando a las grandes potencias, que son las que deben realizar acciones concretas e inmediatas para resolver la problemática.
Colombia solo aporta el 0,2% del CO2 por combustión de fósiles del total del mundo. Que el actual presidente la inmole con una política antipetrolera que va a asfixiar su economía no solo es inocuo sino engañoso, porque distrae la presión sobre los verdaderos responsables. ¿Acaso el Sur Global va a terminar pagando la cuenta de la contaminación causada por las grandes potencias?
Tan disparatada es la política de Petro que no cuenta con el respaldo de ningún país petrolero ni latinoamericano.
Decisiones sobre Ecopetrol: lesión al patrimonio público
La decisión de Petro de no celebrar nuevos contratos de exploración y explotación de hidrocarburos significa ponerles un límite a las reservas, la mayor riqueza de una compañía petrolera, lo que explica en buena parte la caída en el precio de la acción de Ecopetrol. En solo una semana cayó 7,5%, tras conocerse los conflictos de la junta directiva.
Para rematar, Petro decidió poner al frente de Ecopetrol a Ricardo Roa, su exgerente de campaña, no solo cuestionado por su falta de idoneidad, sino además por su larga lista de conflictos de interés; uno de ellos es la compra de un apartamento de lujo a un precio irrisorio a Serafino Iácono, un empresario con inversiones en el sector petrolero.
Roa se encuentra hoy investigado por graves irregularidades en la financiación de la campaña Petro Presidente. Cada día salen a la luz nuevas acusaciones, la última relacionada con el aporte que le hiciera Daily Corp, una criptomoneda que, según investigaciones, hacía captación ilegal tipo pirámide y lavado de activos.
Se reveló que el gerente de Daily acordó con Roa aportar una avioneta para las reuniones de Petro, transacción no registrada en las cuentas y que provendría de dineros ilícitos.
Todas estas decisiones ponen en riesgo a Ecopetrol, impactan sobre las finanzas públicas y producen un daño de imagen que termina por afectar la confianza y el valor de la acción. Quienes sufren son los 250 mil pequeños accionistas y el resto de colombianos, como dueños del 88% de la empresa.
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La transición energética es necesaria, pero darle esa responsabilidad a Ecopetrol no solo es riesgoso sino que distrae a la empresa de su principal negocio, que es sacar y transformar hidrocarburos. Ante el envilecimiento de nuestro patrimonio público, los únicos que celebran son quienes han buscado siempre privatizar la joya de la Corona.
El rumbo que ha tomado la compañía es oscuro. Es necesario rectificar. Unámonos en defensa de nuestro patrimonio público y de la soberanía energética del país y defendamos a Ecopetrol de las políticas de Petro, que parecen calculadas para marchitarla.
