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miércoles, 1 de mayo de 2024
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El paradigma de la evolución

Cámara Ambiental del Plástico, Columnista

Cámara Ambiental del Plástico

La Cámara Ambiental del Plástico representa a más de 100 empresas del sector polietileno, poliestireno, polipropileno y poliuretano, fabricantes de productos plásticos, maquinaria, equipos y aditivos para la industria y comercio en Colombia.

El ser humano se convirtió en la especie dominante de la Tierra a partir de su ingenio. Hace millones de años, y desguarnecido ante las demás especies que tenían pelo, garras y grandes dientes, así como tamaños superiores, el ser humano actuaba como un carroñero más. Nuestra especie vivía escondida en cuevas y salía a recolectar cuando no había especies superiores en la cercanía. De acuerdo con el libro De animales a Dioses, el ser humano comía y vivía de las sobras y la carroña que dejaban las demás bestias. ¿Quién podría imaginarse en ese entonces que, de ser depredada, nuestra especie se convertiría en la mayor de las bestias depredadoras de este planeta?

La humanidad empezó a cambiar, y a diferencia de las demás especies, el ser humano encontró que su gran fortaleza era la inventiva, que a falta de garras y grandes colmillos podía fabricar barricadas, armas, reemplazar el pelo que le faltaba con mantas y pieles de otros animales y adicionalmente que podía comunicarse y vivir en comunidad, lo que implicaba colaborar, y que así sus fuerzas eran superiores a las de las demás bestias. Consecuentemente, esta vida comunitaria llevó al humano a tener que encontrar nuevas formas de sobrevivir, ya que las familias crecían y los suministros tendrían que hacer lo mismo. Fue así como se asentó, dejando de ser nómada, en aldeas, luego pueblos y ciudades, generando la necesidad de desarrollar cultivos, transporte y preservación de bienes. Todo esto ha llevado a mayor salubridad y longevidad, así como a inventos cada vez más sorprendentes para poder vivir de la forma en que lo hacemos hoy, de hiperconexión y vida en megaciudades.


Este proceso no ha llegado sin consecuencias. En la medida que el ser humano ha avanzado sin descanso, también ha aprovechado y abusado de sus recursos naturales: talando árboles, recuperando minerales, plantando tierras que antes eran selva, quemando hidrocarburos y generando desechos. Todo esto nos lleva a la situación actual, en la que la mayor amenaza para nuestra especie en el mediano plazo somos nosotros mismos, debido a las emisiones de Gases de Efecto Invernadero producidas en casi todas nuestras actividades del día a día, como lo son transportarnos, comer, comprar, vender, etc.  

Mientras hacemos todo esto y amenazamos nuestra existencia, los políticos y muchos mal llamados ambientalistas han encontrado un enemigo común en los plásticos, por aquello de que al ser mal dispuestos generan una contaminación visible. Sin embargo, si hemos de mirar las posibles soluciones y los pocos inventos que generan menor impacto ambiental y que contribuyen al sostenimiento de la especie, podríamos hablar de las energías renovables y de los plásticos siempre y cuando estos sean reutilizados, reciclados y adicionalmente —en lo posible— bien dispuestos. A esto le podemos adicionar que pueden biodegradarse mediante tecnología para hacer un círculo completamente virtuoso mientras aportan a la forma en que vivimos.

La idea no es tapar el sol con un dedo. Sin duda, la problemática del plástico es amplia; el uso en exceso de materiales y la mala disposición es un problema inmenso. Sin embargo, siendo el producto liviano, barato, inocuo, reciclable y fácil de transportar, genera grandes beneficios que no logra ninguno de sus posibles sustitutos conocidos hasta hoy. Como especie nos debemos enfocar en lo que realmente importa y en aquello que podemos hacer y lograr. Reducir el consumo en general de materiales es un imperativo y no depende de que prohibamos o no su uso, sino de la concientización del consumidor para que utilice las cosas que sean más eficientes y que luego de esto las disponga en el lugar adecuado para que estos materiales vuelvan a su círculo virtuoso.

La especie humana ha recorrido un largo trecho… avanzando tecnológicamente y no tiene ningún límite, mientras logre encontrar la forma de no extinguirse por el calentamiento global. El momento es sin duda ahora, antes de que sea demasiado tarde. Debemos encontrar el balance entre vivir como vivimos y utilizar los recursos de forma inteligente. Pero los humanos somos los únicos animales capaces de creer en cosas nunca vistas, de planear el futuro más allá de nuestra propia existencia y yo ciertamente creo que estamos a tiempo de resolver los temas ambientales de forma correcta para que las próximas generaciones puedan seguir logrando nuevos retos.     

Cristian Halaby


Miembro de Junta Directiva