Razones de los plantones cafeteros
Óscar Gutiérrez
Director ejecutivo de Dignidad Agropecuaria Colombiana. ogutier51@gmail.com
Sin duda, el principal problema que tienen hoy los caficultores colombianos es en términos de ingreso. Los motivos son varios. La caída del precio internacional del grano que lo trajo de 2 dólares con 40 centavos a un dólar con 50 centavos y después a un dólar con 85 centavos, en promedio. Parejo con esa realidad, la Tasa Representativa del Mercado (TRM) pasó de $4.950 pesos por dólar a $3.900 pesos y el diferencial cafetero cayó de $0,60 centavos a $12 centavos de dólar. Esos cambios implican que el precio de la carga de café sea actualmente de 1.450.000 pesos cuando hace menos de un año era de 2.400.000 pesos.
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Pero, además, el ingreso se reduce también por el prolongado verano y por la presencia de la broca que crece exponencialmente en los tiempos secos. Lo que significa que al momento de evaluar la calidad del grano, muchos caficultores producen pasillas y subproductos que no les alcanza para obtener los precios de venta correspondientes al café excelso colombiano con factor 94.
Valga decir que gracias a la oposición dada por los cafeteros y varias de sus organizaciones se logró reversar la política de factor de rendimiento 88 que hacía más difícil aún lograr mejores precios. Falta por revisar la fórmula para bregar a alcanzar, por ese camino, mejores precios para los productores por su café.
Estos factores, precio internacional e interno, valorización del peso frente al dólar, pérdida de la prima de calidad, plagas y verano tienen, desde hace ya varios meses, a los caficultores vendiendo su producto por debajo de sus costos de producción, es decir, perdiendo en su actividad productiva.
Para mejorar el ingreso de los caficultores deben tomarse varias medidas. La más importante es fijar un precio que les permita recoger los costos de producción y tener una utilidad a fin de que puedan adelantar otras tareas que les garanticen, aumentar la producción, abonar debidamente los cafetales y renovarlos, hacer un excelente control de plagas y disponer de un crédito altamente subsidiado, para poder adelantar las labores propuestas.
Por otra parte, la Federación de Cafeteros (FNC) y el gobierno nacional, en especial la Presidencia de la República y el Ministerio de Comercio Exterior, deben adelantar una política que permita aliarse con los países productores de cafés arábigos para exigir a multinacionales y compradores internacionales, precios justos, remunerativos y lo más estables posibles para el café arábigo. Esta diplomacia cafetera debe aclarar el asunto del diferencial cafetero que tiene nuestro café.
Otros problemas importantes acosan a los productores del grano y deben ser resueltos. El asunto del crédito al que hoy no tienen acceso miles de productores por la política de excluirlos y aplicarles leyes como la Ley 2ª de 1959. Y, de igual manera, el crédito de fomento debe ser para todos los productores agrícolas nacionales, independiente de su producción.
Un asunto sustancial es el de las deudas. Llevan muchos años ya, solicitando se aplique el FONSA a los deudores que por cualquiera de los motivos que arropa el Fondo -plagas, clima o caída abrupta de los precios- se apliquen políticas de condonación de capital e intereses. Según la reglamentación del FONSA, la condonación para pequeños productores debe ser del 90% del capital y el 100% de los intereses y para medianos y grandes del 80% del capital y el 100% de los intereses.
Debe actuarse con la mayor diligencia frente a aquellos que, por no haberse atendido a tiempo, están padeciendo en los juzgados procesos de pérdida de sus tierras por embargos de bancos y demás instituciones financieras.
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Miles de cafeteros exigen además la creación de una mesa por la verdad cafetera que incluya la necesaria revisión de los estatutos de la FNC y su reestructuración; el manejo e inversión de recursos y políticas del Fondo Nacional del Café (FoNC) incluyendo la compra de café a futuros; las funciones de las cooperativas las cuáles deben ser defendidas para el ejercicio de la garantía de compra y resarcidas frente a los daños económicos causados por la compra de café a futuros que les impusieron.
El país no debería importar café para hacer mezclas para el consumo tanto interno como externo. No obstante, si se continúa importando el café que podemos producir, debería ponerse un arancel elevado a fin de proteger el precio interno de nuestras pasillas.
Finalmente, frente al catastro multipropósito el gobierno nacional debe aplazar la aplicación de los nuevos avalúos catastrales, resultado de las actualizaciones realizadas y de las que están en curso, hasta tanto no se revise la atrabiliaria normatividad vigente.
Todas estas son razones de los plantones que harán los cafeteros el 17 de abril.