Legalizar la cría del pez basa: riesgos y desafíos para los ecosistemas colombianos

La creciente presión para legalizar la cría del pez basa en Colombia ha generado un debate entre autoridades, investigadores y organizaciones ambientales. La controversia surge en un contexto donde el pez basa, una especie exótica originaria del río Mekong en Asia, representa un riesgo latente para la biodiversidad acuática del país.

Actualmente, la Procuraduría General de la Nación, junto a entidades como la Asociación Colombiana de Ictiólogos (ACICTIOS), vigilan de cerca el impacto de esta especie y advierten sobre los peligros de su domesticación.

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El pez basa en Colombia: origen y expansión

El pez basa (Pangasianodon hypophthalmus) llegó a Colombia como especie ornamental, conocido comúnmente como “tiburoncito iridiscente”. Con el tiempo, se introdujo de forma ilegal en algunos cultivos piscícolas del país, pese a que la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales (ANLA) negó la licencia para su importación y cultivo en 2012. Sin embargo, se mantiene una producción no formal de esta especie en el país, aunque sin cifras oficiales al respecto.

El pez basa es una especie con un alto potencial invasor, según diversas investigaciones. A partir de reportes iniciales en 2015, las capturas de esta especie en cuerpos de agua naturales se han incrementado en zonas como el Magdalena medio y el sur de Bolívar. La cuenca del río Magdalena, por sus condiciones climáticas y de conectividad, presenta un entorno favorable para su establecimiento, lo cual eleva los riesgos ecológicos.

Legalizar la cría del pez basa: riesgos ambientales

Legalizar la cría del pez basa ha traído a colación críticas y preocupaciones en el ámbito ambiental, ya que se trata de una especie invasora que podría desestabilizar los ecosistemas acuáticos. Este pez es conocido por su dieta amplia, que incluye otras especies de peces, y compite directamente con especies nativas de importancia ecológica y económica, como el bagre rayado, el blanquillo y la doncella de la cuenca del Magdalena.

La introducción de una especie invasora, como es el hecho de legalizar la cría del pez basa, afecta principalmente a las especies endémicas que no están adaptadas a competir con un depredador foráneo como el basa.

En Colombia, aproximadamente el 60 % de las especies en la cuenca del Magdalena-Cauca son endémicas, lo cual agrava los posibles impactos. Según estudios, la competencia entre el pez basa y las especies de bagres nativos podría reducir la disponibilidad de recursos para la pesca artesanal, lo que afectaría a las comunidades que dependen de esta actividad.

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Alternativas y propuestas para un desarrollo sostenible

Frente a la intención de legalizar la cría del pez basa, varias organizaciones ambientales y académicas han propuesto alternativas que permitan impulsar la acuicultura sin poner en riesgo la biodiversidad.

Entre estas alternativas, hablaron sobre el fortalecimiento de cultivos de especies nativas que no representen amenazas para los ecosistemas locales. Invertir en investigación para mejorar las técnicas de acuicultura de especies endémicas podría generar beneficios económicos sostenibles, al tiempo que se conservan los recursos naturales del país.

ACICTIOS, en una carta pública al Congreso y otras autoridades, advierte que la declaración del pez basa como especie domesticada es un intento por eludir la regulación ambiental existente y, en última instancia, facilitar la legalización de prácticas que podrían perjudicar la biodiversidad colombiana. En lugar de avanzar en la legalización de especies invasoras, recomiendan destinar recursos a proyectos que promuevan la cría de especies nativas y la restauración de los ecosistemas acuáticos.

¿Es viable legalizar la cría del pez basa?

El debate que habla sobre legalizar la cría del pez basa en Colombia enfrenta posturas diferenciadas entre el desarrollo acuícola y la conservación ambiental.

Por un lado, el sector acuícola busca potenciar la producción de esta especie debido a su rentabilidad y demanda en el mercado. Por otro, los investigadores y ambientalistas insisten en que legalizar la cría del pez basa podría desatar consecuencias negativas difíciles de controlar, desde la amenaza a las especies nativas hasta el desequilibrio en las dinámicas ecológicas de los ríos y lagos colombianos.

La conexión entre la biodiversidad, la salud de los ecosistemas y el bienestar humano es innegable. En este contexto, la decisión de legalizar la cría del pez basa debería ser evaluada con rigor científico y en línea con los compromisos de conservación que el país ha adquirido a nivel internacional.

Apostar por alternativas sostenibles que fortalezcan la economía sin sacrificar la biodiversidad parece ser el camino prudente para Colombia, un país diverso cuya riqueza natural es también su patrimonio y responsabilidad.